FARDIER DE CUGNOT

HISTORIA - CARACTERÍSTICAS:

Para hablar del “Fardier” (denominación dada por Cugnot a su invento), primero debemos remontarnos a 1769, que es la época donde el inglés: James Watt, construye y patenta la primera máquina a vapor con cámara de condensación externa, y donde se empieza a contar la historia con lo que podríamos llamar, el comienzo del motor. Al principio, la máquina de Watt se empleó casi exclusivamente para extraer el agua infiltrada en las galerías de las minas de carbón. Ya en el año 1770 aproximadamente, se aplicó este sistema a lo que sería el comienzo de lo que hoy llamamos “la era del automóvil”. Esto se debe al aporte realizado en esta materia por el militar e inventor francés: Nicolás Joseph Cugnot, quien recibió el encargo de sus superiores de diseñar y construir un vehículo propulsado por una máquina de vapor que fuera capaz de remolcar la pesada artillería de la campaña de la época. Aunque se nos venga a la cabeza que el primer coche de la historia en tener un motor de combustión interna sea el Benz Patent Motorwagen del año 1886, en realidad, el primer automóvil que se construyó fue la enorme carreta a vapor, creada por Cugnot en el año 1769. Es así, como Cugnot, puso manos a la obra, y con no pocas dificultades consiguió terminar un pesado triciclo (con una rueda adelante (que traccionaba) y dos atrás), que era puesto en movimiento por una máquina de vapor de dos cilindros.
El sistema del vehículo de Cugnot, funcionaba mediante el agua que se hervía en el frente de este, dentro de un gran recipiente a modo de “caldera”, donde se generaba vapor, con el fin de que la presión producida en ella, se desplazara a los pistones y éstos transmitieran ese movimiento a la rueda delantera que tenía un sistema de segmentos estriados.
El automóvil de Cugnot causó gran sensación en el Paris enciclopedista de aquellos tiempos, a pesar de sus evidentes limitaciones prácticas, tanto por su tamaño como por su velocidad (de entre 5 y 10 Km/hora) y su autonomía, que era tan reducida que apenas podía recorrer sólo tres kilómetros.
El final del “Fardier”, se dio finalmente, cuando fue víctima de su enorme peso y su consiguiente dificultad de conducción y maniobrabilidad. El trabajo de este militar no pasó desapercibido, y a comienzos del siglo XIX numerosos inventores empezaron a trabajar en la construcción de nuevos vehículos basados en el de Cugnot, comenzando así, el inicio de lo que hoy llamamos: “El automóvil”. 

Referencia / Fuente de la imagen:

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